No queríamos que te jubilaras porque sabíamos que perderíamos al compañero que tenía todas las respuestas; el que siempre podía recomendarte una película, un restaurante o una obra de arte; el que disfrutaba organizando al milímetro viajes con los alumnos o la familia, con los amigos o los compañeros. Socarrón, inteligente, culto, divertido, generoso,...
Ha sido un lujo conocerte, charlar, reir, viajar, compartir contigo un trocito de vida.
Esta vez no nos has avisado y te has ido solo. Te echaremos de menos. No imaginas cuánto.
Buen viaje, Pedro.