En el entorno de la escuela, profes y alumnos, contamos los años por cursos, cuando decimos "el año pasado" queremos decir "el curso pasado" y nos entendemos perfectamente. Nuestro primer día del "año" es el 1 de septiembre, y ahí arrancan nuestras agendas escolares. Las vacaciones de Navidad son un alto en el camino, volvemos después de Reyes para acometer las dos terceras partes del curso (año) que nos quedan.
Sin
embargo, este sonadísimo 2020 se merece que en enero de 2021 pongamos
el contador a cero de nuevo. Aunque en la Grecia antigua no se usaba el
0.
Como dice Irene Vallejo en El infinito en un junco,
los cuentos nacieron de las cuentas. En el antiguo origen de la
escritura, primero escribimos listas para comprar o vender productos y
llevar las cuentas, y con el mismo instrumento, el alfabeto, pasamos a
escribir maravillosos cuentos. Números y letras están unidos en su
origen, y así Prometeo nos los enseñó a los humanos.
En griego, "número" se dice ἀριθμὸς /arizmós/ y su importancia para los griegos es sonada; pensemos por un momento en los famosos primeros matemáticos Tales de Mileto o Pitágoras. La propia palabra "matemáticas" es griega, así como "aritmética", el estudio de los ἀριθμοὺς /arizmús/ "números". Pero ¿cómo eran los números griegos?
A diferencia del inventazo de las letras griegas, tatarabuelas de nuestras letras latinas, seguimos estudiando las matemáticas griegas, pero no usamos sus números, para los cuales utilizaban... ¡las mismas letras! Para entendernos, algo parecido a los números romanos.
Era un sistema complicado y además, entre los números griegos no existía el signo para cero, que tiene la ventaja de permitir escribir cualquier número con solo 10 dígitos diferentes (0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9). No puedo ni imaginar cómo serían los cálculos de los arquitectos para construir, por ejemplo, el Partenón, utilizando este galimatías de letras como números.
Estos números-letras se siguen utilizando hoy día en Grecia como ordinales, de forma similar a nuestro uso de los números romanos.
En griego moderno "cero" se dice μηδὲν /midén/ que en griego antiguo es un pronombre neutro que quería decir "nada" y se lee /medén/.
Las palabras μηδὲν ἄγαν /medén ágan/ "nada en exceso", consejo atribuido a Solón, estaban escritas en el templo de Apolo en Delfos recomendando moderación, equilibrio.
Pues eso deseamos, 2021:
μηδὲν ἄγαν
"cero excesos, no te pases" 🙏
Esther Castro
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