Las Saturnales empezaron siendo celebraciones relacionadas con la agricultura y, como muchas otras, con el ciclo vital impuesto por las estaciones. Las fechas venían determinadas por el solsticio de invierno - en diciembre pues- y la costumbre incluía pequeños regalos, comidas, reuniones y lo que ahora quizá llamaríamos "juegos de rol" pues amos y esclavos invertían temporalmente sus funciones cotidianas. Además, se encendían velas para festejar el regreso de la luz y se montaban mercadillos en los que se vendían, sobre todo, figuritas de barro. Más aún, no era extraño organizar subastas, hacer donaciones e incluso, en algunos banquetes tenemos datos sobre la costumbre de hacerse regalos al estilo del actual "amigo invisible".
Marcial que, como sabéis, era una persona inteligente y sarcástica, capaz de conmover y ofender con idéntica maestría y profundidad, ha dejado muchos epigramas relativos a los regalos de las Saturnales.
Os dejo uno, con la esperanza de suscitar una sonrisa y alguna reflexión.
Me enviaste en los Saturnales, Umbro, todos los regalos que te habían acumulado esos cinco días. Dos juegos de seis trípticos y siete mondadientes. A esto se añadió la compañía de una esponja, una servilleta, una copa, medio modio de habas, con un cestito de olivas del Piceno y una frasca de negro arrope de Laletania. Y junto con unas ciruelas pasas vinieron unos pequeños higos de Siria y una orza pesada debido a la cantidad de higos de Libia. Creo que escasamente costarían treinta sestercios todos los regalos que trajeron ocho hombretones sirios. ¡Cuánto más cómodamente pudo traerme sin ningún trabajo cinco libras de plata un esclavo!
Si queréis saber más, os recomiendo:
http://www.ludereetdiscere.net/saturnalia/paginas/saturnalia.html
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