La búsqueda de una educación de calidad al alcance de todos. Es lo que había detrás de la concentración del día 8 en apoyo a las lenguas clásicas. Nada más. Nada menos.
Especialmente en el caso del Griego, desde hace años la oferta en muchos institutos (no en el nuestro, justo es señalarlo) va siendo estrangulada amparándose en que son pocos los alumnos que lo solicitan. Son pocos porque se ofrece en unas condiciones precarias; la precariedad se justifica en que son pocos y... ¡qué fácil es la demagogia en ciertas condiciones!.
Estudiar Griego debería ser obligatorio para todos, sobre todo para quienes vayan a cursar una carrera cuyo léxico se compone mayoritariamente de helenismos, Medicina por ejemplo.
Estudiar Anatomía o Botánica sin saber nada de Latín es posible, claro, pero también lo es ser presidente del gobierno o diputado o concejal sin cumplir requisito alguno, ni siquiera hablar tu propia lengua con una mínima corrección. Sin sonrojo prometen que se bajará el ratio en aulas y aulos.
Que de los institutos salgan ciudadanos con una buena formación, reflexivos y tolerantes, capaces de tomar decisiones y expresar disidencia o acuerdo en base a argumentos sólidos, no es objetivo prioritario de las ... ¿autoridades?. Cuantos más an-alfa-betos haya, más fácil será convencerles de cualquier cosa, hasta de que los recortes en educación son inevitables. Y lo son, por supuesto, para fabricar un traje a medida de mediocres.
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